lunes, 19 de septiembre de 2016

¡La Guajira S.O.S!

En la ardiente Guajira los niños mueren de hambre y sed

Hace casi un año SEMANA denunció la triste muerte de los infantes por física hambre y falta de agua. Ha pasado el tiempo y el gobierno nacional no toma medidas en el asunto. ¿Por qué?
La sequía que azota a La Guajira puede agravar una tragedia: la mortandad de niños. Dos de ellos mueren cada día por hambre y abandono.
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Pobladores dicen que la sequía no es un asunto solo de hoy. Se suman el hambre y los muertos.
“En La Guajira no hay ‘fenómeno del niño’. Aquí ese niño ya es un anciano”, asevera la voz firme de Matilde López, líder de la comunidad Wayuú, mientras el viento ondea en su manta roja y forma remolinos sobre sus hilos de colores.
Sus palabras traducen el escenario que la rodea: pastizales secos que se extienden como un colchón amarillo pálido, árboles y matorrales reducidos a chamizos, un suelo árido y resquebrajado, el fogonazo de 40 grados centígrados que azotan el ambiente, la imposibilidad de encontrar siquiera una charca de agua; pozos, caños y ríos colonizados por el polvo…todo, absolutamente todo en esta zona da la sensación de que en cualquier momento la tierra va a empezar a arder.
El hambre y la pobreza no dan tregua

Cifras del último tamizaje realizado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) revelan que en La Guajira, hay 2.223 niños menores de 5 años con problemas de desnutrición, de los cuales 525 se encuentran en estado de desnutrición severa.
La ranchería Malawaika no es más que un desierto coronado por casas de bajareque y cercas de guafa, donde residen cerca de 30 familias.
En los patios permanecen desperdigadas latas de sardinas que fueron consumidas hace meses, bolsas vacías de agua, tabletas de ibuprofeno que aliviaron algún dolor y vestigios de fogatas cuyo carbón hace días nadie atiza.

Niños y niñas de La Guajira, sin fórmulas terapéuticas para combatir la desnutrición

  La Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP) junto con las Secretarías de Salud Departamental y Municipal de La Guajira, manifestaron oficialmente que, desde hace dos meses, en esa región del país no están disponibles las fórmulas terapéuticas para que los especialistas puedan hacer frente a la intensa problemática de desnutrición que viven los niños y niñas wayuu, tanto en el distrito de Riohacha como en las rancherías.

“Siempre le echan la culpa al ICBF”: Cristina Plazas

La directora del Instituto aseguró que los cuatro niños que fallecieron en La Guajira no estaban bajo protección de la entidad sino bajo programas. También explica lo que está ocurriendo en la región.
 Mesa de trabajo para tratar el tema de la crisis en La Guajira. Foto: Cortesía Presidencia
La realidad de La Guajira no se puede desconocer. Las desgarradoras historias de los siete niños wayúu que han muertoeste año por factores asociados a la desnutrición son la muestra de una crisis que viene de muchos años atrás y que es hora de solucionar.
La situación es de tal magnitud, que el mismo presidente, Juan Manuel Santos, reunió este miércoles a todas las autoridades responsables para tomar medidas de choque en los temas de salud, educación, infraestructura y asistencia alimentaria de la región.
“Sabemos que falta mucho por hacer… ¡No se puede morir ni un solo niño por desnutrición ni en La Guajira, ni en ninguna parte del país!”, expresó el mandatario después de terminar la reunión a la que asistieron, entre otros, la gobernadora Oneida Pinto, alcaldes guajiros y funcionarios de varias administraciones locales.
Pero en medio de los anuncios, el presidente señaló a sus propias instituciones. “Algunos de los niños que han muerto estaban bajo la protección o amparo del Bienestar Familiar; se presentaron fallas que se están corrigiendo”, dijo Santos.
La afirmación no cayó muy en el ICBF. En entrevista con Semana.com la directora de la entidad, Cristina Plazas, aseguró que los cuatro niños a los que se refirió el mandatario no estaban bajo protección, sino que fueron beneficiaros de programas del ICBF.
“El presidente se equivocó, no era protección, sino programas”, dijo. Y explicó que los menores que se encuentran bajo custodia de la institución son los que fueron abandonados, están en restablecimiento de derechos, fueron víctimas de violencia o son desvinculados de grupos al margen de la ley, entre otros.
Por el contrario, dos de los pequeños que murieron y que el presidente aseguró que estaban bajo protección del Instituto hicieron parte de unos Centros de Desarrollo Infantil, a los que sólo asistieron unas cuantas semanas. Los otros dos niños pertenecieron a dos Centros de Recuperación Nutricional que estaban bajo operadores que no cumplían los estándares de calidad y, por eso, después de investigaciones se les cancelaron los contratos en octubre del año pasado.
“De aproximadamente 40 niños que murieron el año pasado, sólo cuatro estaban en programas del instituto, no estaban bajo protección (…) Lo que pasa es que siempre le echan la culpa al ICBF. Y como todos están acostumbrados a que me echan el agua sucia, los demás no asumen responsabilidades”, manifestó.
Cristina Plazas aseguró que la intención de la reunión de este miércoles en la Casa de Nariño era lograr que todos asumieran responsabilidades en la situación que vive La Guajira.
“Los medios siempre hablan del ICBF, pero nunca de la Gobernación o las alcaldías. Nunca culpan a las EPS que, por cierto, deberían estar haciendo programas de prevención y promoción. (…) Incluso, nunca responsabilizan a las autoridades indígenas. En este tema todos tenemos parte y esa fue la intención de la reunión”, recalcó.
La indignación de la directora del ICBF frente a los titulares de prensa y a toda la responsabilidad que le han atribuido al instituto se fundamenta en que, según ella, desde cuando llegó al cargo en octubre del 2014 no ha parado en su lucha para que los operadores brinden un verdadero servicio y se acaben las prácticas de corrupción que se han presentado en algunas regiones del país.
“Cuando llegamos, sacamos al director regional de La Guajira y mandamos a la directora de contratación de la institución. Esa regional ha estado libre de dueño político. En el 2014 se capturó al director de la regional Nariño y a su esposa (…) Hemos hecho más de 54.000 visitas que han servido para adquirir todas pruebas necesarias para hacer los cambios de operadores y buscar la calidad”, recalcó.
Y aunque no hay duda de la gran responsabilidad que tiene el ICBF con los niños del país, también es claro que La Guajira necesita que las demás autoridades le garanticen agua potable, atención en salud, así como carreteras y medios de transporte.
“Estamos trabajando muy duro porque todo salga bien, porque estamos frente a mafias que son peores que el mismo narcotráfico. Aquí todos tenemos que ponernos la camiseta”, puntualizó Cristina Plazas.
Habla Oneida
La gobernadora de La Guajira, Oneida Pinto, también habló con Semana.com y aseguró que su objetivo al venir a Bogotá y reunirse con el presidente y demás autoridades era exponer la verdadera situación que vive la región.
“Estamos en un departamento con un sinnúmero de problemas. No tenemos la posibilidad de realizar las inversiones necesarias para garantizar atención porque el departamento debe cerca de 90 millones de dólares que se deben empezar a pagar este año”, dijo.
Una deuda que, para ella, es casi imposible de pagar, pues el departamento sólo recibe 415.000 millones de pesos de presupuesto. Por eso, este año La Guajira entra en un proceso de reestructuración y se declara en crisis en sus finanzas. “Nos vamos a cobijar bajo la Ley 550 y empezaremos a coordinar el presupuesto del departamento”, manifestó.